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La Viagra es un medicamento utilizado principalmente para tratar la disfunción eréctil (DE) en varones adultos. Es eficaz para ayudar a las personas a mantener una erección temporalmente para mantener relaciones sexuales, pero es importante tener en cuenta que Viagra no cura la disfunción eréctil ni afecta al deseo sexual.
La función principal del Viagra es aumentar el flujo sanguíneo al pene, ayudando así a conseguir y mantener una erección. Sin embargo, este mecanismo no afecta directamente al deseo sexual. Cabe señalar que el éxito de Viagra no depende únicamente del medicamento en sí, sino que también requiere estimulación sexual. Las erecciones requieren una combinación de estimulación y flujo sanguíneo, y aunque la Viagra ayuda con el flujo sanguíneo, también es necesario sentirse sexualmente excitado para que funcione eficazmente.
Contrariamente a algunas creencias, Viagra no estimula sexualmente. Su función es ayudar a lograr una erección una vez que uno ya está excitado. Si una persona no tiene ganas de mantener relaciones sexuales, Viagra no inducirá una erección. También debe tenerse en cuenta que el Viagra no ayuda cuando el cerebro no emite las señales de excitación sexual necesarias.
El consenso general es que el Viagra no influye en el deseo sexual ni en la excitación. Viagra no es un medicamento psicoactivo, lo que significa que no tendrá ningún efecto perceptible en la forma en que sientes, piensas o percibes las cosas durante el sexo. Aunque aumenta el rendimiento físico durante el acto sexual al mejorar la capacidad de conseguir y mantener una erección, no se asocia a ningún aumento significativo del interés sexual, la excitación o el deseo sexual en general.
El fármaco no afecta directamente al deseo sexual.
A pesar de su efecto sobre el rendimiento físico durante las relaciones sexuales, no estimula el deseo sexual ni la excitación, por lo que no es una solución para la libido baja o la disminución del interés sexual.
Viagra no produce ningún cambio positivo o negativo en el nivel de sensación que se siente durante la actividad sexual. Además, tiene poco efecto sobre la cantidad de tiempo que uno puede durar antes de llegar al clímax y eyacular. No evitará la fatiga, no reducirá la ansiedad por el rendimiento ni aumentará el tamaño del pene: éstas no son funciones del Viagra.
Las investigaciones no respaldan la afirmación de que el Viagra provoque orgasmos más intensos o satisfactorios. Aunque puede mejorar la capacidad de mantener una erección, no mejora necesariamente la calidad del clímax sexual.
La Viagra no es un medicamento hormonal y no tiene efectos significativos sobre los niveles de las hormonas andrógenas o el deseo sexual. Aunque ayuda a mantener una erección, su funcionalidad no se extiende a la regulación hormonal o al aumento de la libido.
Se ha preguntado si Viagra puede funcionar en mujeres con disminución de la libido o trastorno de la excitación sexual. Sin embargo, actualmente no existen pruebas concluyentes que respalden esta suposición.
Aunque el Viagra no influye directamente en la excitación o el deseo, puede tener un efecto psicológico indirecto. La confianza que proporciona su capacidad para mantener una erección puede mejorar la experiencia sexual general de algunas personas. Pero es importante recordar que se trata de experiencias individuales y pueden no ser universales.
En esencia, el Viagra no afecta a la excitación ni al deseo. Se trata de una herramienta de ayuda para la disfunción eréctil que mejora la capacidad de lograr y mantener una erección. También es importante recordar que la Viagra puede causar algunos efectos secundarios graves, como una erección que no desaparece (priapismo), pérdida repentina de la visión, disminución repentina de la audición e incluso consecuencias más graves como infarto de miocardio, apoplejía y muerte. Consulte siempre a un profesional sanitario antes de empezar a tomar cualquier medicamento nuevo.